Los Cabos 2022: ‘Holy Spider’, una valiente periodista contra un asesino en serie

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

El director Ali Abbasi –de origen iraní aunque radica en Dinamarca– volvió a figurar en la programación del Festival Internacional de Cine de Los Cabos cuatro años después de la presentación de Criaturas fronterizas (Gräns, 2018), con un nuevo trabajo, Holy Spider (2022), muy diferente a ese exponente del folclore escandinavo.

En esta ocasión, Abbasi tomó inspiración del caso real de un asesino en serie que le quitó la vida a más de una decena de mujeres entre 2000 y 2001 en la ciudad iraní de Mashhad. Considerando que las historias de asesinos seriales representan un subgénero del cine, la literatura y la televisión de crimen, es inevitable encontrar en Holy Spider ciertos paralelismos con otros casos. Por ejemplo, ahí están los ecos del “asesino del Zodiaco” cuando el “asesino de arañas” (Mehdi Bajestani) se comunica con un periodista local (Arash Ashtiani) y, en general, tiene una fijación con lo que se dice de él en la prensa. Que sus víctimas sean prostitutas recuerda que, no hace mucho, Fatih Akin filmó The Golden Glove (Der goldene Handschuh, 2019) –basada en un asesino real que frecuentaba la zona roja de Hamburgo–, o que Netflix estrenó una miniserie documental sobre el “destripador de Yorkshire”. 

Holy Spider tiene sus propias particularidades: sigue a dos personajes. Por un lado tenemos al mencionado “asesino de arañas”, un hombre creyente, veterano de guerra y padre de familia, quien cansado de ser un mero constructor busca “trascendencia” de la forma más horrorosa y demencial: quiere “limpiar” su ciudad sagrada de las mujeres “inmorales”. En la contraparte, Zar Amir Ebrahimi (ganadora a Mejor actriz en el Festival de Cine de Cannes) interpreta a una periodista que viaja a Mashhad para investigar lo que está ocurriendo. Su acercamiento empático al caso dista por completo del pobre accionar de las autoridades locales. 

La violencia contra las mujeres no sólo es exhibida en las secuencias de los asesinatos –cabe aclarar que Abbasi subraya el lado humano: entre las trabajadoras sexuales hay una madre que consume drogas para sobrellevar la noche y una joven embarazada–. Asimismo, se demuestra lo que tienen que enfrentar las mujeres por medio de la protagonista: su trasfondo involucra acoso laboral y, una vez en Mashhad, le niegan rentar un cuarto de hotel porque no está casada o lidia con la hostilidad de un policía.

Holy Spider lleva esa clásica y enfermiza fascinación hacia los asesinos seriales a un terreno interesante, reflejo del fundamentalismo religioso y de una sociedad podrida que le ha dado la espalda en especial a las mujeres marginadas y vulnerables; donde siempre es posible, por más increíble que parezca, la impunidad. Holy Spider enfatiza el legado de la violencia y sus consecuencias, porque los temas abordados siguen siendo pertinentes en la actualidad del mundo.

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