Sundance 2022: ‘Meet Me in the Bathroom’ y la música neoyorquina de inicios del siglo XXI

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

Aunque puede ser difícil de asimilar, Is This It –álbum debut de The Strokes– celebró hace poco su vigésimo aniversario. La escena musical neoyorquina que explotó a principios del siglo XXI tiene edad suficiente para ser tema de un libro, escrito por Lizzy Goodman y publicado en 2017, y ahora un documental derivado del mismo: Meet Me in the Bathroom (2022), dirigido por Will Lovelace y Dylan Southern, quienes antes habían realizado No Distance Left to Run (2010) y Shut Up and Play the Hits (2012), documentales sobre Blur y LCD Soundsystem respectivamente.

Meet Me in the Bathroom se estrena en una época en la que no paramos de escuchar sobre la decreciente popularidad del rock –en el documental se menciona algo similar: en 1999 había pasado mucho tiempo desde la última ola de bandas neoyorquinas icónicas– y el declive de la Gran Manzana.

Meet Me in the Bathroom lleva, por varias razones, un sentimiento de añoranza implícito. A fin de cuentas, es un documental diseñado para quienes tienen vínculo con la música de bandas como: Yeah Yeah Yeahs, Interpol, TV on the Radio, The Rapture, LCD Soundsystem, la liderada por Julian Casablancas, y la menos conocida: The Moldy Peaches. 

Sin dejar de poner las cosas en contexto –se hace referencia a la época del nu metal y el happy punk, la llegada del nuevo milenio, los ataques terroristas del 9/11, la irrupción que significó Napster para la industria musical y a la gentrificación de Brooklyn, entre otros temas–, Lovelace y Southern básicamente entrelazan las historias de los protagonistas: The Strokes, Yeah Yeah Yeahs, Interpol y James Murphy (LCD Soundsystem). Esto hace que el documental sea variado y siempre entretenido, porque cuando unos ya pasaron a ser reconocidos, otros siguen batallando por consolidarse. 

Por medio de material de archivo y entrevistas en off, cada una de las bandas centrales propician momentos memorables que capturan los altibajos de los primeros años de sus carreras. Si tuviera que elegir, Murphy es quien se lleva el documental con ese giro radical en su vida, de la mano del éxtasis, y su rotundo éxito cuando ya pasaba de los 30 años, algo ciertamente atípico en la industria musical. 

A distancia, ver las caras jóvenes de quienes fueron catalogados como “salvadores del rock” es verdaderamente sorprendente. De Casablancas y Albert Hammond Jr., Karen O a Carlos Dengler, todos eran apenas unos escuincles cuando pasaron de tocar en pequeños clubes a sonar en todo el mundo. Las escenas como la neoyorquina de hace dos décadas nacen de la autenticidad, la amistad y el amor por la música. En un instante, todo cambia y se vuelven irrepetibles.

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