Sundance 2022: ‘When You Finish Saving the World’ y ‘Master’

Por Eric Ortiz García (@EricOrtizG)

El cine estadounidense tiene bastante qué decir sobre la situación social y política que atraviesa su país, así lo indicaron dos de las primeras películas presentadas en la nueva edición virtual del Festival de Sundance. A continuación algunos apuntes al respecto:  

When You Finish Saving the World (2022)

Siguiendo los pasos de su contemporáneo Jonah Hill (En los 90), Jesse Eisenberg debuta como director con el respaldo de A24. When You Finish Saving the World sigue a una familia tan disfuncional como cualquier otra: Ziggy (Finn Wolfhard), hijo único, compone “folk rock con influencia alternativa” y lo comparte vía live streams para su considerable base de seguidores. La mamá, Evelyn (Julianne Moore), dirige un albergue para víctimas de violencia doméstica. El papá (Jay O. Sanders) no recibe mucha atención, se la pasa leyendo y advirtiendo a su hijo sobre la apropiación cultural (“espero que no toques blues”) y el suicido en adolescentes (“¿eres feliz?”). 

Eisenberg muestra a la América acomodada que “despertó”. Los compañeros de escuela de Ziggy hablan constantemente de temas políticos y de las injusticias en el mundo. A Evelyn, de hecho, le gustaría que su hijo tuviera precisamente este tipo de intereses (“te llevaba a las protestas cuando eras pequeño”), pero Ziggy se “desvió” para hacer cosas más propias de adolescentes y apolíticas. 

Mientras Ziggy quiere impresionar a una chica (Alisha Boe) que critica al gobierno y escribe un poema sobre colonialismo, Evelyn pone toda su atención en el hijo adolescente de una de las mujeres de su refugio. Ella lo quiere “salvar” de su realidad, aunque en su bienintencionada misión subyace la necesidad de llenar un vacío.

Al centro de When You Finish Saving the World está, ciertamente, una familia distanciada. Entonces Eisenberg nos subraya de manera oportuna que, antes de intentar “salvar al mundo”, sería mejor empezar por ser uno mismo y aprender a valorar a nuestros seres queridos. Es una ópera prima autocrítica y, en su relación entre madre e hijo, emotiva. 

Master (2022)

Master, primer largometraje de la directora Mariama Diallo y producción de Amazon Studios, hace eco de uno de los grandes éxitos contemporáneos salidos de Sundance: ¡Huye! (Get Out, 2017), de Jordan Pelee. La película toma elementos clásicos del cine de terror para abordar la experiencia afroamericana, subrayando que el racismo es intrínseco a la naturaleza de los Estados Unidos.

Una prestigiosa universidad en Nueva Inglaterra, casi exclusivamente blanca, se jacta de ser inclusiva, es un escenario aparentemente acogedor para nuestras dos protagonistas: una joven de nuevo ingreso (Zoe Renee) y una profesora (Regina Hall) recientemente promovida, convirtiéndose en la primera afroamericana en ostentar el título de “Master”. Otra maestra (Amber Gray) sirve para sumar conflictos y termina siendo un personaje deliberadamente ambiguo.

Master entrelaza mitología –sobre una bruja ahorcada muchos años antes, una estudiante que fue encontrada muerta en los sesenta y, en general, un campus maldito– con cuestiones más mundanas. Es evidente la incomodidad de las protagonistas en un lugar predominantemente blanco donde se presumen los avances contra la discriminación –he aquí otro trabajo que refleja el creciente hartazgo hacia la hipocresía del “woke falso”– o se canta a todo pulmón una canción que usa la “N-word”. 

Los momentos desconcertantes son parte de un retrato muy directo de la experiencia negra, con referencias explícitas a la época de la esclavitud y del Ku Klux Klan, cuya conclusión es que la raza afroamericana sigue sin ser bienvenida a un Estados Unidos que no es muy diferente al del pasado. El gran problema de Master es que prioriza el discurso y descuida su desarrollo narrativo. No sólo se siente dispersa y truncada, con personajes secundarios que van desapareciendo y una mitología inconcreta, sino que la ejecución en momentos clave es obvia. La maestra, por ejemplo, nos tiene que recalcar que el problema no es la bruja ni los fantasmas… “el problema es América”.

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