Cannes 2024: Quentin Dupieux continúa divirtiendo con ‘The Second Act’

Por Eric Ortiz (@EricOrtizG)

The Second Act (Le deuxième acte, 2024) es la nueva película de Quentin Dupieux con la que se inauguró la edición 77 del Festival Internacional de Cine de Cannes. Llama la atención que es una coproducción de Netflix y si bien esto podría significar que Dupieux llegue eventualmente a muchísima más gente, no hay nada de qué preocuparse en el sentido que su cine sigue siendo muy peculiar.

Asimismo, Dupieux continúa una racha prolífica y de mucha calidad, que incluye títulos recientes como Incredible But True (Incroyable mais vrai, 2022), Smoking Causes Coughing (Fumer fait tousser, 2022) y Yannick (2023).

Al inicio de The Second Act vemos a los amigos David (Louis Garrel) y Willy (Raphaël Quenard) caminando juntos y charlando sobre una peculiar propuesta: David quiere que Willy le ayude a quitarse de encima a una mujer que lleva un buen rato tratando de seducirlo. Willy cree que hay algo sospechoso: ¿por qué un galán como su amigo querría “cederle” a una bella chica? Willy se pregunta si podría tratarse de una mujer trans y dice, sin reparo, que eso le daría asco. 

El cine de Dupieux suele lidiar con la relación que tiene la ficción y sus creadores con su audiencia (Rubber, Yannick). En un momento que va por esta línea, el personaje de Garrel le advierte a Willy que no puede decir algo así sobre las mujeres trans porque están siendo filmados. Willy, uno de esos zopencos carismáticos, reformula viendo directamente a la cámara, pero luego sigue haciendo comentarios que incomodan a David (y seguramente a más de uno en Cannes). También expresa su descontento por la preocupación de su colega actor de ser cancelados y perder su trabajo –por ahí hasta hace una referencia a Mel Gibson y su infame rant antisemita–. Quenard, quien también brilló en Yannick, es hilarante. 

The Second Act es cine sobre cine, en particular sobre actores, quienes tratan de llevar a cabo un día de rodaje de una película romántica, situación que se vuelve más y más caótica. Los otros dos personajes principales son Florence (Léa Seydoux) y Guillame (Vincent Lindon), quienes en la película dentro de la película interpretan respectivamente a la mujer que está enamorada de David y a su papá. Un extra (Manuel Guillot) pasa a tener prominencia en un pasaje posterior divertidísimo: su estrés incontrolable por tratarse de su debut cinematográfico, no le permite cumplir con su rol de mesero en una escena al interior de un restaurante bar.

Con el humor que lo caracteriza, Dupieux lidia con el mundo actoral y también con el estado actual de la industria fílmica. Además de la cultura de la cancelación, y esa preocupación de los actores por mantener la mejor imagen posible ante la opinión pública (aún sin en privado actúan inmoralmente), otros temas que salen a relucir son: el propósito de seguir actuando en un mundo en llamas, la hipocresía y conveniencia –ya verán cómo cambia la visión del actor amargado (Lindon) cuando recibe una llamada ligada a Paul Thomas Anderson–, las envidias, el estereotipado uso de cocaína, el Me Too, los agentes, y la época actual cuando los algoritmos son en apariencia más importantes que las voces autorales, las audiencias parecen alejarse de las salas, y la inteligencia artificial deja de ser mero tema sci-fi y gana terreno. 

The Second Act explora otras ideas sobre las apariencias y la conexión entre ficción y realidad, dado que aquí no todo es lo que parece. Lo que es una verdad absoluta es la capacidad de Dupieux de hacernos reír de principio a fin.

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